miércoles, 12 de diciembre de 2007

Cañizares evita el ridículo


Fuera de la Champions y con la UEFA casi imposible conforme llegaban los goles de Alemania, el Valencia consumó su peor andadura europea de los tiempos recientes y prolongó su nefasta racha de resultados. Koeman se permitió el lujo de convertir el paso por Stamford Bridge en un banco de pruebas en el que se amontonaron las conclusiones negativas. A saber: el famoso 4-3-3 no acopla en esta plantilla y el anunciado juego ofensivo ha quedado en milonga pues el 0-0 es a lo máximo que se podía aspirar anoche. Más, Vicente está lastrado por la derecha y arrinconar a Villa en la izquierda es restar en lugar de sumar. Sunny está muy verde para ser titular en este equipo y Silva se pierde tan atrás porque lo suyo es el último pase, no el primero.
Habría que preguntarse qué se ha hecho tan mal en tan pocos meses como para sufrir un cambio radical a peor respecto a la anterior comparecencia ché en el mismo estadio. Juan Soler, Miguel Ángel Ruiz, la plantilla, Koeman algo así formaría la pirámide de culpables en la desintegración de un equipo a la deriva que anoche se hizo acreedor a una goleada sonrojante, pero que encontró en Cañizares el clavo ardiendo al que agarrarse.
Koeman decía que no con la cabeza impotente en su banquillo. Sunny miraba al técnico buscando soluciones que no llegaban. Morientes brazeaba lamentando una contra que pudo haber sido y no fue. Vicente se mordía el labio de impotencia al verse mermado en la derecha. Silva tocaba más balones en su campo que en el ajeno. Moretti veía pasar a su par como un avión. Helguera resoplaba entre una avalancha y otra y Cañizares sacaba lo más lejos posible para que le tardaran en llegar unos segundos más. Y es que la primera mitad del Valencia fueron sólo minutos de gestos, del fiel reflejo del desbarajuste que fueron los chés que, milagrosamente y gracias a Cañizares se fueron con un engañoso empate a cero que no merecieron. De fútbol nada y de ocasiones, una, la que Villa se sacó de su sociedad con Silva.
Entre las malas noticias que llegaban desde Alemania, las lesiones y todo la anterior, la segunda mitad sólo trajo más de lo mismo, es decir, el mejor Cañizares (aliado con los palos) sosteniendo un 0-0 increíble y el resto de su equipo corriendo tras las balas azules, pues la superioridad del Chelsea en lo físico, lo técnico y lo táctico puso más aún en evidencia el hundimiento valencianista, con un empate inerte que les saca de Europa por la puerta de atrás.
Cañizares Fue, de largo, el mejor del Valencia. Realizó varias intervenciones de mérito e impidió el triunfo local.

Noticia extraída de AS

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