Sigue el derrumbe del Valencia y Ronald Koeman, con la aquiescencia del presidente Soler, es el encargado de derribar caprichosamente hasta los pilares más firmes. Todo sea por distraer atenciones y evitar críticas sobre el factor común de tanto dislate y que reside en la figura presidencial y presidencialista de Juan Soler. Ayer, el técnico holandés (una victoria en ocho partidos y siete sin hacer gol) decidió que la carrera de Cañizares y Albelda en Mestalla había terminado. Y el próximo en caer será Angulo, al que no le comunicó su decisión al estar convaleciente de una gripe en su domicilio. Tampoco parece que tengan buen futuro Joaquín y Vicente (varios equipos ya se frotan las manos), de los que ya ha hablado mal Koeman en privado y en sus decisiones técnicas.
Así, Albelda y Cañizares, más de una década de gloria, éxitos y títulos de dos profesionales ejemplares, veían aparentemente finalizada de forma poco acorde a su compromiso y grandeza su vinculación deportiva con la entidad. El entrenador, acabado el entrenamiento, se reunió en su caseta con los dos jugadores y les comunicó que no contaba con ellos y que "mientras yo sea entrenador no jugaréis en este equipo, es la hora de los jóvenes". Curiosamente, el relevo del portero será Juanlu Mora, de 34 años de edad. Ambos futbolistas le preguntaron los motivos de esa decisión, a lo que el entrenador se limitó a decir que no tenía por qué dar explicaciones y que "tengo todo el apoyo del presidente". Albelda, al que la noticia pilló haciéndose la maleta para viajar, le dijo que "no le conocía, ni tenía idea de lo que le había costado jugar en el Valencia". Luego, Koeman mintió o no se atrevió a confesar en la sala de prensa, pues ahí sólo aseguró que más allá de Zaragoza el futuro no estaba escrito y que "habría que hablar". Nada que ver con lo que le había dicho a la cara a los dos afectados. Los jugadores, no sólo los damnificados, habían detectado ya un giro radical en el comportamiento del holandés, que de su cercanía inicial se había mostrado arisco y cerrado en las dos últimas semanas. Ni Cañizares ni Albelda, muy afectados y dolidos, quisieron ayer hacer manifestaciones Esperarán alguna explicación que se merecen, y todavía nadie les ha dado, y hablarán mañana a las 13:00 horas.
Toda la trama se gestó en el domicilio del presidente, presuntamente aquejado de una misteriosa enfermedad que le tiene sin aparecer por el palco pero sí le permite descabezar la plantilla desde su salón y acudir regularmente a su despacho profesional. En esa reunión, el dirigente, Ruiz y Koeman decidieron el puntapié simbólico a los dos futbolistas más laureados de la plantilla, junto a Angulo, que también será víctima. Se da la circunstancia de que los tres futbolistas tienen una magnífica relación con los anteriores gestores del club y nunca han comulgado, sin hacer críticas, con la gestión solerista que tiene a la entidad lejos de los registros obtenidos entre 1998 y 2004. Hay que recordar que a Cañizares le resta una campaña más de contrato y, a Albelda, tres, por lo que sus rescisiones le costarían al club 13 millones de euros.
jueves, 20 de diciembre de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario